Si hay una cosa que está clara, es que la celebración de una fiesta en la que los chicos muestran lo que saben hacer, no surge de la nada.
Este año en el colegio hemos preparado BollyWood, después de todo un proceso de creación cooperativa que nos ha dejado muy buen sabor de boca, por los esfuerzos realizados, el compromiso de los implicados y los resultados obtenidos.
Y para poderlo llevar a cabo hacen falta buenos ideólogos, que sueñen eventos y caminos posibles, con capacidad para liar ("celestinos", decían en un curso en el que he estado estos días en la Casa del Lector) a todo aquel que se muestra disponible. Y con profes comprometidos, y niños que se dejan liar y aprenden con ello, hemos hecho un festival estupendo.
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